Una vez más y para no variar, la recién finalizada Vigésima Conferencia de las Partes (COP 20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), presenta nulos avances, al menos ninguno significativo en el tema REDD+. Los temas socio-ambientales son una piedra medular cuando se promueve la reducción de emisiones de Gases Efecto I (GEI) por deforestación y degradación de los bosques, y el incremento en los reservorios de carbono en los bosques naturales (REDD+).

La COP cuenta con el apoyo de diversos órganos, el responsable de los aspectos científicos y tecnológicos es el SBSTA (por sus siglas en inglés), quien para esta conferencia y con relación al tema REDD+ tenía contemplado dos puntos de trabajo en su agenda. El primero de ellos era decidir la pertinencia o no, de mayores directrices por parte de la COP, para la adecuada implementación del Sistema de Información de Salvaguardas y su correspondiente resumen de información. El segundo tema era analizar con mayor profundidad las opciones de implementación del mecanismo REDD+ con una aproximación distinta al mercado. Ninguno de ellos logró su cometido.

A pesar de que el tiempo asignado dentro de los horarios fue extremadamente reducido, las sesiones de negociación por momentos parecían interminables o parte de una obra de Franz Kafka, el único avance en sobre ambos puntos de agenda, es que en la próxima COP21, en 2015, en París se seguirán debatiendo.

Mientras en países como México, Brasil y Ecuador existen constante problemas por violaciones de derechos sociales y ambientales de comunidades locales, además de casos de violencia y muertes; varios países latinoamericanos con una postura de flexibilidad cero, argumentan que las directrices existente son suficientes. Dichas directrices requieren únicamente un resumen de información sobre cómo se están “abordando y respetando” las salvaguardas REDD+, hay negociadores quienes incluso se indignan ante la desconfianza de la sociedad civil al solicitar procedimientos claros, transparentes y con mayor participación de las comunidades involucradas. Hasta el momento nadie tiene claro cuál debe ser el contenido, qué tipo de información presentar y cómo debe ser el procedimiento para generar y validar la información presentada, entre otras dudas sumamente importantes y que abren la posibilidad a que se presente información insuficiente, poco clara o transparente.

Como paso de break dance, pareciera que las negociaciones internacionales sobre cambio climático avanzan por buen camino y bonitos discursos, cuando en realidad van en retroceso, cada día más costosas e ineficientes en una carrera de la humanidad contra el tiempo.