• La medida no solucionan el problema de fondo que requiere de acciones a mediano y largo plazo y coordinadas entre los 3 niveles de gobierno.
  • Se requiere además, entre otras medidas, de acciones como la actualización de normas de emisiones de los vehículos nuevos ligeros y pesados; actualizar las normas de salud y, acceso a combustibles limpios en TODO el país.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) considera que hacer extensivo el Programa Hoy No Circula para todos los vehículos -independientemente del número de su holograma- durante los meses de abril a junio es una medida parcial que responde a la emergencia ambiental que atraviesa la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) derivada de los elevados índices de contaminación del aire, pero que no soluciona de manera alguna el problema de fondo, el cual requiere de una serie de acciones integrales y coordinadas por parte de las autoridades en todos los niveles de gobierno y vinculadas con los estados que forman parte de la megalópolis.

Cabe recordar que la mayoría de los viajes que se hacen en la megalópolis y específicamente en la ZMVM provienen de las zonas conurbadas hacia el centro de la Ciudad de México.

«Cualquier solución que se establezca de manera parcial sólo en la Ciudad de México y el Estado México, no podrá tener impactos positivos de largo plazo sobre la salud, la disminución de la congestión vehicular, la competitividad de las ciudades y la mejora de la calidad del aire, si no se establece un Programa de Verificación real y efectivamente homologado a los seis estados y no se actualizan los sistemas de monitoreo atmosférico que midan a los contaminantes más dañinos como las partículas PM 2.5», señaló Gustavo Alanís Ortega, fundador y director general del CEMDA.

El Programa de Verificación Vehicular y el Hoy No Circula son medidas implementadas con el objetivo de mejorar la calidad del aire, dado que supuestamente incentivan a que el dueño de un vehículo someta su unidad a una inspección y mantenimiento periódico que permita reducir emisiones de contaminantes que dañan a la salud. Ambos programas llevan más de 25 años en vigor y no han resuelto el problema. ¿Por qué insistir en lo mismo?

Por lo tanto, consideramos que ambos programas deben ir acompañados de otro tipo de acciones o de instrumentos de política que promuevan un cambio de conducta en la sociedad en general y que los gobiernos ofrezcan alternativas de movilidad más sustentables. Existen acciones como la actualización de las normas de emisiones de los vehículos nuevos ligeros y pesados; la actualización de las normas de salud, de acuerdo con los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el acceso a combustibles más limpios en todo el país; el desarrollo de condiciones necesarias para promover masivamente un transporte público ambientalmente limpio, eficiente y seguro; mayores inversiones en infraestructura para transporte no motorizado; acciones de gestión de la demanda de transporte y políticas de desarrollo urbano vinculadas con la movilidad sustentable, entre otras.

Una de las omisiones de las autoridades en el anuncio sobre las medidas para enfrentar la contingencia ambiental fue lo relativo al aseguramiento de la distribución del Diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA) en todo el territorio nacional. En México, el transporte de carga utiliza en su mayoría diésel y representa el 15% del total de vehículos que circulan en el país, responsable del 80% de las partículas suspendidas PM2.5, las cuales son las más dañinas y potencialmente letales para el ser humano, debido a su relación con el cáncer de pulmón.

En la medida en que México siga sin contar con combustibles limpios de bajo contenido de azufre en todo el territorio, tampoco podrá acceder a tecnologías de clase mundial que mejoren el transporte pesado. En ese sentido, el CEMDA hace un llamado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que no siga postergando la actualización de la Norma 044, la cual establece los límites máximos permisibles de contaminantes para transporte pesado nuevo y siga trabajando en la aprobación de una norma definitiva que asegure el abastecimiento de combustibles limpios en todo el territorio nacional.

Finalmente, Alanís Ortega estableció que «lo que está en juego es la salud y la calidad de vida de las personas, algo con lo que nadie se puede dar el lujo de jugar. Medidas como las planteadas temporalmente pueden llevar a la población a adquirir nuevamente, como ya sucedió en el pasado, un tercer o cuarto auto, viejo y contaminante. México debe de eliminar de una vez por todas los subsidios perversos a las gasolinas y para ello, y las otras medidas que se deben de llevar a cabo, se requiere de algo muy fundamental: voluntad política».