Quienes suscribimos este pronunciamiento, demandamos el respeto de los derechos de las mujeres defensoras de la tierra, territorio y medio ambiente. Condenamos la violencia ejercida contra ellas por la protección de sus territorios.

 

 

En América Latina y el Caribe, la promoción de la inversión por parte de los Estados se ha traducido en la flexibilización de los estándares socioambientales y la vulneración de los derechos humanos. Estas inversiones, focalizadas sobre todo en actividades extractivas y de infraestructura: petróleo, minería, gas, hidroeléctricas, carreteras, agroindustrias, entre otras, más que desarrollo han puesto en situación de riesgo y violencia a la población de  las áreas impactadas. Los impactos y la violencia derivada de los megaproyectos tienen una especial afectación en las mujeres, quienes a menudo sufren otras afectaciones a sus derechos, basadas en el origen étnico, la clase, la edad, la salud, su cosmovisión etc.

 

Las mujeres; en su mayoría de zonas rurales, indígenas, mestizas y afrodescendientes; se encuentran en permanente resistencia por la protección de sus campos, bosques, ríos, costas, lagos y territorios. Por ello, vemos con preocupación no sólo el incremento de la violencia ejercida contra ellas,  donde se involucra también a sus familias, sino la invisibilización de la labor que realizan como defensoras de la tierra, el territorio y el medio ambiente.

 

Las actividades extractivas no son neutrales al género, por ello hacemos un llamado al respeto de los derechos de las defensoras de la tierra, territorio y medio ambiente y, en particular:

 

  • Exigimos el cese de la violencia basada en el género. Las defensoras son sometidas a violencia psicológica, calumnias, desprestigio, amenazas, criminalización, violencia sexual y asesinatos; sobrecargando esta violencia al cuerpo e identidad de las mujeres. Dicha violencia intenta trasgredir, a través de las defensoras, las diferentes resistencias de sus comunidades, de sus familias, de ellas mismas.
  • Condenamos la discriminación hacia las mujeres que se produce desde iniciativas del Estado y de las empresas en los espacios de toma de decisión relativos a proyectos extractivos y de infraestructura en sus territorios. Instamos a los movimientos sociales a unir esfuerzos para romper estereotipos de un sistema patriarcal: el cese de la violencia por ser defensora y por ser mujer.
  • Demandamos a las empresas y los Estados que implementen políticas de derechos humanos para el desarrollo de sus actividades como forma de concretar su responsabilidad en la vulneración de derechos de las defensoras ambientales, en el marco de los principios rectores sobre empresas y derechos humanos de las Naciones Unidas.
  • Exigimos respeto por sus territorios, de acuerdo a las particularidades de cada comunidad/pueblo/nación. Instamos a los gobiernos a la modificación de las políticas y normatividad sobre la titulación que permita el reconocimiento y acceso de los derechos que tienen las mujeres.
  • Valoramos los diferentes roles y liderazgos de las mujeres como parte estratégica de la lucha por la tierra, territorio y medio ambiente. Las mujeres han sostenido una fuerza inconmensurable en sus territorios por la defensa de sus derechos, el cual no siempre es reconocido. Es necesario que, en los espacios comunitarios, en las organizaciones mixtas, se reivindique y visibilice el arduo trabajo que realizan las mujeres en la defensa de sus territorios.
  • Exigimos la protección pública integral de personas defensoras con un enfoque de género a la hora aplicarse las medidas correspondientes.
  • Instamos a todos los Estados de América Latina y el Caribe a firmar y ratificar el Acuerdo de Escazú, instrumento que también integra obligaciones fundamentales para protección a las defensoras ambientales.

 

Las mujeres han sido y son fundamentales en la reivindicación de los derechos humanos. Como tal, la emancipación de las mujeres, de las defensoras, es un compromiso de quienes firmamos este pronunciamiento.

 

Que los Estados garanticen los derechos de las mujeres. Que las Empresas respeten los Derechos de las Defensoras.

 

 

 

Mujeres indígenas,  mestizas y afrodescendientes, qué desde sus diferentes formas de organización, como artesanas, campesinas, dirigentas, lideresas, ceramistas, tejedoras, entre otras, construyen día a día sus sueños: por sus comunidades, por sus familias, por ellas mismas.

 

 

 

 

Firman:

 

  • Centro Humboldt – Nicaragua
  • Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) – México
  • Comunicación y Educación Ambiental SC – México
  • CooperAcción – Perú
  • Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) – Perú
  • Due Process of Law Foundation (DPLF) – Estados Unidos
  • Espacio Nacional Para la Transparencia de la Industria Extractiva – República Dominicana
  • Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) – Honduras
  • Fundación Grupo Guayacán de Energía y Medio Ambiente – República Dominicana
  • Fundar, Centro de Análisis e Investigación – México
  • Grupo Regional de Género y Extractivas
  • Mujer y Medioambiente – México
  • Observatorio Regional de Derechos Humanos, Transparencia e Inversiones
  • Oxfam Perú
  • Tlalyaocihuah A.C. – México