La 27 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, la COP27, se llevó a cabo del 6 al 20 de noviembre de 2022, en la ciudad de Sharm el-Sheikh, en la costa de Egipto, y aunque en ella no se alcanzaron los acuerdos que muchos hubieran querido, sí se hicieron aportaciones importantes que ahora se retoman en la COP28 de Dubai. 

En aquella ocasión, llamada la “COP de África”, por primera vez los países reconocieron la necesidad de establecer un fondo que permitiera responder a las pérdidas y daños asociados con los efectos catastróficos del cambio climático, y acordaron la creación de un fondo y las opciones de financiación necesarias. Así, la COP27 cerró con un acuerdo innovador para proporcionar financiación para pérdidas y daños a los países vulnerables gravemente afectados por inundaciones, sequías y otros desastres climáticos. 

Además, en Sharm el-Sheikh los países reafirmaron su compromiso de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. El mundo no ha realizado aún las acciones para lograrlo, y el calentamiento global alcanza ya los 1.1 grados centígrados, pero ya el consenso en los objetivos fue un logro. 

Otra aportación clave de la COP anterior fue que las empresas y otras instituciones del sector privado se hicieron también responsables del cumplimiento de los objetivos. Entre otras medidas, eso se ha traducido ya en una mayor transparencia de los compromisos de que han asumido, que permiten, por ejemplo, que activistas climáticos ejerzan una mayor presión sobre ellos y que las autoridades puedan fiscalizarlos con mayor precisión. 

Hoy la COP28 toma la estafeta y desde su primer día ya ha cosechado resultados importantes. Sin ir muy lejos, apenas inaugurada la cumbre se anunciaban mecanismos concretos para canalizar el financiamiento al fondo de compensaciones, del que se ocupará el Banco Mundial por los próximos cuatro años. 

De entrada, el fondo de compensación por daños climáticos contará con casi 500 millones de dólares para arrancar. Este primer donativo queda a cargo de Alemania y del país anfitrión, Emiratos Árabes Unidos, que anunciaron una primera entrega que sumaría cien millones de dólares; Estados Unidos (responsable de un 13 por ciento de las emisiones totales del planeta) prometió entregar algo menos de 25 millones de dólares, y la Unión Europea entregará 245 millones de dólares. 

Estas medidas no restan urgencia a las acciones de mitigación del cambio climático, pero contribuyen a una adaptación que, en sí misma, puede contribuir a limitar las emisiones de gases de efecto invernadero que se lanzan a la atmósfera. 

Por lo pronto, la COP28 tiene ya un logro. Faltan muchos más.