Ana Mendívil

El pasado 10 de diciembre se llevó a cabo el evento paralelo del gobierno mexicano en la COP 21, que tuvo por objeto tratar la relevancia de la relación entre el cambio climático y la biodiversidad en México. Moderada por la organización Reforestamos México, la mesa contó con la participación de Rodolfo Lacy, Subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría e Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT); David Cooper, Ejecutivo Ajunto del Convenio de la Diversidad Biológica (CDB); Theresa Mundita del Departamento de Medio Ambiente y RECURSOS Naturales de Filipinas; Francisco Barnés del Centro Mario Molina e Hilario Valenzuela de la Fundación México Sustentable.

En primer lugar, Francisco Barnés detalló la vulnerabilidad y el riesgo del territorio nacional y la población mexicana frente a los efectos adversos del cambio climático. Subrayó la importancia de crear infraestructura resiliente y fortalecer aquella infraestructura estratégica, como es el caso del sector energético. Al respecto, se hizo mención de la creación de atlas de riesgo y estudios de adaptación del sector petrolero en el país. Como caso de estudio, se mencionó la perspectiva de la gestión del agua en el norte de México.

En consecuencia, México incorporó un componente de adaptación en su contribución prevista y determinada a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), donde busca una tasa de deforestación cero para 2030, la reducción de la vulnerabilidad de al menos la mitad de los municipios identificados como los más vulnerables en el Programa Especial de Cambio Climático y sistemas de alerta temprana. Barnés indicó que se requiere de una estrategia integral de gestión de riesgos, donde se identifiquen las acciones necesarias por sectores, que permitan su priorización por costos y reducción de valor en riesgo. Finalmente, también es necesario hallar financiamiento para implementar estas acciones y cumplir las metas de la INDC, e incentivar la participación del sector privado, especialmente en el sentido de que el origen de sus insumos también está sujeto a riesgos y, por ende, existen amenazas a su productividad.

Por su parte, David Cooper recordó que en la COP10 del CDB, celebrada en Nagoya, Japón en 2010, se adoptó un actualizado Plan Estratégico para la Biodiversidad que incluye las metas de Aichi para el periodo 2011-2020, varias de ellas relacionadas con el cambio climático. A saber:

  • Meta Estratégica B: Reducir la presión directa a la biodiversidad y promover su uso sustentable
    • Meta 5. Para 2020, la tasa de pérdida de hábitats naturales, incluyendo bosques, debe ser reducida a al menos la mitad y, de ser posible, ser cercana a cero; la degradación y fragmentación deben ser reducidas significativamente.
    • Meta 7. Para 2020, las áreas dedicadas a la agricultura, acuacultura y silvicultura deben ser gestionadas sustentablemente, asegurando la conservación de su biodiversidad.
    • Meta 10. Para 20145, las múltiples presiones humanas sobre los arrecifes de coral y otros ecosistemas vulnerables afectados por el cambio climático o la acidificación de los océanos deben ser minimizadas con el fin de mantener su integridad y funcionamiento.
  • Meta estratégica C. Mejorar el estado de la biodiversidad mediante la salvaguarda de los ecosistemas, las especies y la diversidad genética.
    • Meta 11. Para 2020, al menos el 17% de las aguas territoriales y el 10% de las áreas costeras y marinas, especialmente áreas de particular importancia para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, deben ser conservadas mediante sistemas de protección de áreas efectivos, gestionados equitativamente, representativos ecológicamente y bien conectados, y otras medidas de conservación de áreas.
  • Meta estratégica D. Mejorar los beneficios de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
    • Meta 15. Para 2020, deben mejorar la resiliencia de los ecosistemas y la contribución de la biodiversidad a los sumideros de carbono, mediante la conservación y restauración, incluyendo la restauración de al menos 15% de los ecosistemas degradados, contribuyendo así a la mitigación y adaptación del cambio climático y el combate a la desertificación.

Estas metas también fueron reflejadas posteriormente en los Objetivos de Desarrollo Sustentable, conocidos como la Agenda post-2015. De esta forma, el representante del CDB reconoció que los ecosistemas podrían contribuir con al menos la mitad de las emisiones requeridas para 2030, con el fin de cumplir con el objetivo internacional de que el aumento de la temperatura media global no supere los 2°C a final del siglo. Así, muchas de estas medidas se reflejan en las INDC de varios países. La conservación de los ecosistemas y a protección de la biodiversidad tienen una gran importancia en la agenda de cambio climático, especialmente al hablar de adaptación, por lo que será indispensable encontrar la misma relevancia en la COP13 del CDB, a celebrarse en Cancún, México del 2 al 17 de diciembre de 2016.

En seguimiento, la Dra. Theresa Mundita ofreció una presentación sobre la biodiversidad y el cambio climático en Filipinas. Al respecto, indicó que la experiencia de su país es muy similar a la de México, ya que son altamente vulnerables a los eventos metereológicos extremos, como uno de las principales consecuencias del cambio climático, y se encuentran entre los países con mayor biodiversidad en el mundo. Así, señaló que la biodiversidad emerge como una solución de mitigación y adaptación al cambio climático, apoyando también a reducir la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y el respeto a los Derechos Humanos.

Hilario Valenzuela, desarrolló una presentación con diversos índices de desarrollo y vulnerabilidad en México, destacando que la acción climática y a favor de la conservación de la biodiversidad debe de darse con cuatro enfoques interrelacionados:

  • Ambientalmente apropiado.
  • Económicamente viable.
  • Tecnológicamente posible.
  • Socialmente aceptable.

Finalmente, el panel fue cerrado con la intervención del Subsecretario de SEMARNAT. Rodolfo Lacy recordó que México Recibirá la COP13 del CDB, por lo que la COP21 resultó ser uno de los mejores momentos para reflexionar sobre la relevancia de la relación entre el cambio climático y la biodiversidad. Indicó que es muy claro que el cambio climático tiene efectos negativos sobre la diversidad biológica, en muchos casos irreversibles. Por ello, México forma parte de la Coalición por un Alto Nivel de Ambición (High Ambition Coalition), que busca que el nuevo acuerdo de París incluya na meta de 1.5°C, y no de 2°C como fue previamente acordado a nivel internacional.

Asimismo, señaló la importancia de la inclusión de los derechos humanos en el nuevo instrumento, debido a la alta vulnerabilidad de las comunidades en México a los efectos adversos del fenómeno. Al ser un país megadiverso y, a la vez, altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, Lacy llamó a la sinergia en los resultados de la COP21 y la futura COP13, así como la Agenda post-2015, específicamente sus objetivos 14 y 15.

Es indispensable transversalizar la biodiversidad en el bienestar humano, y, en palabras del Subsecretario, ese es el objetivo esencial de la COP13 en México.