El pasado 21 de noviembre, Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental envió un carta al secretario de medio ambiente y recursos naturales, Víctor Toledo Manzur, y al comisionado nacional de áreas naturales protegidas, Roberto Aviña Carlín, en la cual la organización expresó su preocupación por la situación agraria de la Selva Lacandona y las declaraciones relativas a transformar la Reserva de la Biosfera de Montes Azules en una reserva biocultural.

En la misiva, el CEMDA señala que ambas dependencias deben adoptar las medidas necesarias para conservar Montes Azules y garantizar el derecho de los pueblos indígenas que ahí habita. “Si bien coincidimos con ustedes en la necesidad urgente de tomar medidas que salvaguarden el patrimonio natural y biocultural que se resguarda en Montes Azules, lo cierto es que la información asequible hasta este momento genera más dudas que certezas”, señala la organización.

En la carta, Alanís puntualiza: “Consideramos, a la luz del estándar más alto de protección de los derechos humanos, que la propuesta de una posible desincorporación de algunas partes de la superficie sujeta a conservación en Montes Azules constituiría, por una parte, la contravención del principio internacional en materia ambiental de ‘no regresión’, y por la otra, la violación al principio de progresividad que impera en derechos humanos. Desincorporar no es un camino jurídicamente viable”.

En este sentido, agrega la carta, “deseamos traer a la mesa una serie de reflexiones que les puedan ayudar a la toma de la mejor decisión posible respecto de uno de los biomas más importantes del país”. (Consulta la carta completa haciendo clic aquí)

Al respecto, destaca el texto, la norma jurídica no permite que se sacrifique alguna superficie dedicada a la conservación. También, pide a las autoridades que garanticen el derecho de información y de participación en la toma de decisiones sobre los planes que se decidan poner en marcha en la Reserva de Montes Azules, esto es, “explicar lo antes posible, de manera completa, suficiente y clara la ruta administrativa que se proponen recorrer. Sin duda, la mejor forma de conservar Montes Azules pasa porque las dependencias a su cargo pueden garantizar las condiciones para un diálogo intercultural e interdisciplinario”.

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