Tras la pronta entrada en vigor del Acuerdo de París el pasado 4 de noviembre, la implementación del instrumento se convirtió en el mayor de los retos para los países durante las negociaciones internacionales de cambio climático. En ese sentido, la vigésima segunda Conferencia de las Partes (COP 22) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) se convirtió en la COP de la acción, es decir, aquélla donde se darían los primeros pasos exitosos hacia el efectivo cumplimiento del Acuerdo y su máximo objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) lograr adaptarse a los efectos adversos del fenómeno.

Mientras el Acuerdo de París señaló metas claras para la acción climática a largo plazo, muchos detalles acerca de su operacionalización quedaron pendientes. De ahí que las negociaciones sostenidas en la COP 22, celebrada en Marrakech,  Marruecos, tuvieran un amplio potencial para acelerar y ampliar la respuesta colectiva al cambio climático. Esta cumbre contó con la asistencia de más de 50 jefes de Estado, primeros ministros y vicepresidentes, así como más de 110 ministros y jefes de delegación. Asimismo, sirvió como escenario de la primera reunión del máximo órgano rector del Acuerdo de París (CMA 1).

Aunque durante la primera semana, las negociaciones se centraron en cuestiones técnicas, fue durante la segunda semana en Bab Ighli, sede de la COP, que los ministros, Jefes de Estado y líderes internacionales participaron en reuniones de alto nivel con el fin de tomar decisiones clave y dar el impulso político necesario para implementar el Acuerdo de París.

Entre sus logros, destacan los siguientes:

  • La Proclamación de Acción de Marrakech por el Clima y el Desarrollo Sostenible, que celebra el impulso extraordinario e imparable que se vive en el mundo en la lucha contra el cambio climático, no sólo por parte de los Estados, sino también por las empresas, los inversores, los gobiernos locales, las ciudades, la comunidad científica, entre otros actores no gubernamentales. Hace un llamado a aumentar la ambición y la cooperación internacional, así como a aumentar el compromiso político en la lucha contra el cambio climático como un asunto de urgente prioridad.
  • Un borrador de trabajo del Grupo Especial del Acuerdo de París (APA, por sus siglas en inglés), encargado de preparar la entrada en vigor del instrumento y el funcionamiento de la Reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA). Entre los temas de su programa se encuentra una mayor orientación sobre las contribuciones determinadas nacionalmente (NDC, por sus siglas en inglés), las comunicaciones sobre adaptación, el maco de transparencia, el balance mundial, entre otros. Este documento continuará trabajándose a lo largo de 2017 durante diversos talleres y reuniones de trabajo, así como la reunión intersesional a celebrarse en mayo en Bonn, Alemania. Para más información sobre los resultados de APA, ver aquí.
  • Diversos documentos de decisiones tomadas por la COP 22, la CMA 1 y la décima segunda Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto (CMP 12).
  • Progreso en la redacción de las normas de aplicación (rulebook) del Acuerdo de Paris, que debe estar listo en 2018.

Resultados clave

La CMA 1 y la preparación de la entrada en vigor del Acuerdo de París

Como parte de los avances de la CMA1, los países han acelerado la acción por el clima en todo el mundo a través de una amplia gama de grupos de trabajo en el marco de la CMNUCC, dando prioridad a los objetivos políticos y prácticos del Acuerdo de París. Así, la CMA 1 retomó los resultados del borrador de trabajo de APA, así como los resultados de los órganos subsidiarios de la Convención, es decir, el Órgano Subsidiario de Ejecución (SBI, por sus siglas en inglés) y el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Técnico y Científico (SBSTA, por sus siglas en inglés).

Reglas de aplicación y diálogo facilitador 2018

Como se mencionó previamente, la COP 22 decidió que las normas de aplicación o el manual del Acuerdo de París deberán concluirse en 2018, con el fin de facilitar la entrada en vigor del instrumento en 2020 y asegurar la confianza, la cooperación y su éxito a largo plazo.

Entre los temas cuyos procesos necesitan concretarse se encuentran la transparencia de la acción y el apoyo, por ejemplo, para las mediciones y contabilidad de reducción de emisiones, la provisión de financiamiento y la transparencia de tecnología y el fortalecimiento de capacidades, el desarrollo de comunicaciones sobre adaptación, entre otros.

En este sentido, el 2018 es un año crucial, ya que será cuando se desarrollen diálogos facilitadores, es decir, el momento en el que los países podrán medir su progreso e informar sobre la actualización de sus contribuciones determinadas nacionalmente (NDC, por sus siglas en inglés) para aumentar su nivel de ambición antes de 2020. En este sentido, el proceso de estos diálogos debe de ser transparente e inclusivo, basado en reglas sólidas que permitan alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.

Adaptación

Uno de los temas más importantes discutidos en Marrakech fue la adaptación a los efectos adversos del cambio climático. Uno de los principales focos fue lograr un balance entre la prioridad con la que se trata el tema de mitigación y la que se le da a la adaptación en el marco de las negociaciones climáticas internacionales, especialmente en lo que concierne a financiamiento. Por ello, las discusiones durante la primera semana de la COP 22 buscaron decidir el futuro del Fondo de Adaptación, creado bajo el Protocolo de Kioto, cuyo mandato finaliza en 2020.

Así, la COP 22 y la CMA 1 decidieron que el Fondo de Adaptación servirá al Acuerdo de París, lo que necesariamente implica una reconfiguración de su estructura institucional y de sus fuentes de financiamiento, ya que desde su creación depende del 2% de los recursos otorgados por los proyectos bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio. En Marruecos, el Fondo de Adaptación recibió 81 millones de dólares, con contribuciones de Alemania (50 millones de euros), Suecia (100 millones de coronas suecas), Italia (5 millones de euros) y las regiones de Flandes (6.25 millones de euros) y de Valonia (3.25 millones de euros) en Bélgica, además de los 230.5 millones de dólares que tiene disponibles actualmente.

No obstante, el  Informe sobre la brecha financiera de adaptación, presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en mayo de 2016, indica que se necesitan entre 56 y 73 mil millones de dólares anualmente para la adaptación en los países en desarrollo, monto que crecerá a entre 140 y 300 mil en 2020, por lo que los compromisos actuales están muy por debajo de lo necesario para hacer frente a los impactos en los países más vulnerables.

Financiamiento climático

Las negociaciones en materia de financiamiento fueron de las más complejas en el marco de la COP 22, ya que diversos elementos fueron discutidos en el marco tanto de la Convención como de APA, SBI y SBSTA.

Además de lo mencionado en temas de adaptación, en Marruecos se llevó a cabo el diálogo para clarificar la estrategia para alcanzar del objetivo de financiamiento y su meta de 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020, de acuerdo con una hoja de ruta presentada por los países desarrollados. No obstante, no se mostraron avances en cuanto al establecimiento de una nueva meta para 2025, de acuerdo con las decisiones que acompañan el Acuerdo de París.  Además de plantear una meta ambiciosa y realista que refleje las necesidades de los países en desarrollo, es importante considerar los resultados del Reporte Bianual de Evaluación de los flujos de financiamiento del Comité Permanente de Financiamiento, presentado durante los primeros días de la COP, que señala que sólo el 25% del financiamiento climático internacional, especialmente de la banda multilateral de desarrollo, se ha destinado a adaptación.

Por ello, las decisiones de la COP en materia de financiamiento a largo plazo invitan a las Partes que son países desarrollados a aumentar sus esfuerzos de destinar una cantidad sustancial de recursos públicos a actividades de adaptación y generar un mayor balance en el financiamiento para la mitigación y la adaptación, reconociendo la necesidad de apoyo y cooperación de los países en desarrollo, con base, entre otras cosas, en la evaluación de las necesidades de adaptación de los países menos desarrollados, sus comunicaciones de adaptación en las NDC, el mayor rol del sector privado, y la necesidad de superar barreras en el acceso al financiamiento y mejorar los sistemas de información y gestión de recursos.

Otro de los temas discutidos fue la revisión de las funciones del Comité Permanente de Financiamiento, con el fin de fortalecer su trabajo, identificar oportunidades de mejora en eficiencia y efectividad y evaluar cómo este y sus modalidades servirán al mandato del Acuerdo de París. El fortalecimiento de este órgano responde a dar coherencia a la arquitectura financiera del régimen internacional de cambio climático y su operación de acuerdo con el nuevo marco de transparencia reforzada creado en el Acuerdo de París.

También se inició el proceso de discusión sobre las modalidades de contabilidad del financiamiento climático. Pese a que no se llegó a acuerdos significativos, las Partes coincidieron en la necesidad de homologar el marco de clasificación y estimación del financiamiento climático. Estas guías, como el resto de las normas de aplicación, serán concluidas en 2018 y deberán de ser trabajadas bajo los principios de comparabilidad, integridad ambiental, transparencia y flexibilidad

En cuanto a los anuncios de financiamiento climático, las Partes prometieron 23 millones de dólares al Centro y Red de Tecnología del Clima (CRTC), instrumento de implementación del Mecanismo Tecnológico de la CMNUCC, que apoya a los países en desarrollo en el desarrollo y transferencia de tecnologías que permitan dar cumplimiento al Acuerdo de París.

Además, el Fondo Verde del Clima anunció la aprobación de las dos primeras propuestas para la formulación de planes nacionales de adaptación (Liberia y Nepal), t está previsto que otros veinte países obtengan sus aprobaciones para recibir cerca de 3 millones de dólares cada uno.  El FVC cuenta actualmente con 67 mil millones de dólares.

También, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), instrumento financiero de la CMNUCC, anunció la Iniciativa de Creación de Capacidad para la Transparencia, respaldada por 11 donantes de países desarrollados, aportando un valor de 50 millones de dólares.

Tecnologías para el cambio climático

El Acuerdo de París reconoce la importancia de la tecnología en la facilitación de la transformación necesaria de las economías para transitar a un desarrollo bajo en carbono y resiliente al clima. Por ello, la COP inició diversas discusiones al respecto, acordando que l marco tecnológico creado por el Acuerdo debe de ser breve, conciso, equilibrado y completo, y ofrecer flexibilidad para responder a los cambios que se produzcan con el tiempo. Así, identificaron elementos clave como la innovación, la aplicación, entornos propicios y fomento de la capacidad, así como colaboración e implicación de los interesados. Previo a la reanudación de las conversaciones en la intersesional de mayo, las Partes deberán de presentar sus opiniones el próximo 10 de abril.

También se adoptaron las conclusiones sobre el informe anual conjunto del Comité Ejecutivo de Tecnología y el CRTC. Se hicieron saber las preocupaciones sobre lograr un financiamiento sostenible del CRTC, POR LO QUE Canadá, la Unión Europea, Dinamarca, Italia, Alemania, Japón, Corea del Sur, Suiza y Estados Unidos, alcanzaron promesas de financiación por la cifra previamente señalada.

Finalmente, la COP 22 tomó una decisión que fomenta la cooperación y el vínculo entre el Mecanismo Tecnológico y el Mecanismo Financiero de la Convención, lo cual deberá trabajarse a mayor detalle durante 2018.

Pérdidas y daños

Un nuevo marco quinquenal establecido para el Mecanismo Internacional de Varsovia para las pérdidas y los daños (WIM, por sus siglas en inglés) se ocupará de impactos que no sean abordados mediante la adaptación planificada, como por ejemplo el desplazamiento, la migración y movilidad humana y la gestión integral de riesgos.

Creación de capacidad

Durante la COP 22, los países han hecho operativo el Comité de París sobre el Fomento de la Capacidad, creado en el marco del Acuerdo de París. Este Comité ayudará a crear capacidad para emprender acciones por el clima en países en desarrollo. Los miembros del comité ya han sido elegidos y este comenzará su labor en mayo de 2017.

Iniciativas y alianzas

Under 2 Coalition

Al compromiso global, se han sumado nuevos actores como empresas, inversores, ciudades y gobiernos locales, ya que también han anunciado nuevos compromisos frente al cambio climático, muchos de ellos muy ambiciosos. Esto sienta un precedente importante, que surge del Acuerdo de París el cual promueve la participación de otros actores clave en la lucha contra el calentamiento global. Por ejemplo, bajo Under 2 Coalition, un grupo de gobiernos subnacionales se han comprometido a reducir las emisiones al menos un 80 % para el año 2020. La Coalición anunció que hasta la fecha, se cuenta con 165 miembros, cuyo producto Interno bruto (PIB) combinado representa un tercio de la economía mundial y cubre una población de alrededor de mil millones de personas en diversos continentes.

Foro de Vulnerabilidad Climática

Durante la COP 22, un grupo de más de cincuenta países vulnerables a los efectos del cambio climático, lanzaron una declaración que refuerza el llamado global para limitar el incremento de la temperatura media global a los 1.5ºC. También, se comprometieron a una rápida transición a 100% energía renovable y a presentar sus NC actualizadas, así como elaborar planes climáticos a largo plazo para mediados del siglo antes del 2020.

Alianza para las NDC

La implementación de planes de acción por el clima también recibió un impulso con la puesta en marcha de la Alianza para las NDC, una coalición de países en desarrollo y desarrollados y de instituciones internacionales que trabajan juntos para asegurar que los países reciben el apoyo técnico y financiero que necesitan para conseguir rápidamente sus objetivos de desarrollo sostenible y relacionados con el clima.

Estrategias climáticas de largo plazo

Durante la COP 22, diversas Partes, entre ls que destacan México, Canadá, Alemania y Estados Unidos, presentaron sus estrategias climáticas para mediados del siglo. Específicamente, México prevé una reducción del 50% de sus emisiones en relación con los niveles del año 2000, como lo establece la meta de la Ley General de Cambio Climático.

Al respecto, durante la COP 22 también fue lanzada la plataforma Camino al 2050, presentada por Francia y Marruecos con el fin de apoyar la acción colectiva en el desarrollo de estrategias de descarbonización a largo plazo, a la que ya se han sumado más de 20 países, así como varios actores del sector privado y subnacionales.

Ciudades

Ciudades, pueblos y regiones están teniendo un gran impacto con el cumplimiento de sus compromisos climáticos mediante acciones locales y asociaciones mundiales. Una nueva herramienta de evaluación mostrada durante la presentación de proyectos de resiliencia permitirá elaborar informes cualitativos estandarizados de los compromisos de adaptación ante el Pacto Global de los Alcaldes.

Transporte

La Iniciativa Mundial para el Ahorro de Combustible (GFEI, por sus siglas en inglés) está ayudando a más de 40 países a obtener beneficios financieros relacionados con el CO2 que aporta la mejora del consumo de combustible de los vehículos.

También, el programa de Acreditación de Carbono en Aeropuertos ya ha certificado 173 aeropuertos en todo el mundo, entre ellos 26 aeropuertos neutros en carbono, y ahora el 36 % de los pasajeros utiliza un aeropuerto con esta acreditación.

La iniciativa de “Moviliza tu ciudad” ha asegurado 35 millones de euros de financiación en los últimos 12 meses y ha lanzado la creación de planes de movilidad urbana sostenible en Marruecos y Camerún.

Resultados de las elecciones en Estados Unidos

Las noticias sobre la elección del candidato republicano, Donald Trump, como próximo Presidente de Estados Unidos generó diversas preocupaciones que nublaron las negociaciones climáticas durante la primera semana en Marruecos.  Al respecto, se generó mucho escepticismo sobre el futuro del Acuerdo de París si uno de los principales responsables de las emisiones a nivel global, terminara su participación activa en la lucha contra el cambio climático, como fue anunciado durante la campaña de candidato electo. Asimismo, el Presidente electo solicitó a Myron Ebell liderar el proceso de transición de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), actor que ha tenido una postura predominantemente escéptica sobre el cambio climático y ah sido un fuerte crítico del Plan de Acción Climática del ahora presidente, Barack Obama.

Por ello, diversos ministros de la Coalición de Alta Ambición (High Ambition Coalition) hicieron un llamado conjunto a continuar con la cooperación internacional, incluyendo a Estados Unidos, debido a que la acción contra el cambio climático es de interés nacional para todos los países, al ser beneficioso para el ambiente, la economía y la seguridad climática.

Incluso, los funcionarios del gobierno en turno urgieron al nuevo presidente a continuar participando en los esfuerzos colectivos, ya que, como señaló el Secretario de Estado, John Kerry, durante su intervención de alto nivel en la COP 22, las consecuencias del cambio climático, científicas, económicas y humanas, “son hechos, no opiniones ni tampoco eslóganes políticos”, y por ende  “nadie tiene derecho a tomar decisiones que afecten a miles de millones de personas basándose únicamente en ideología o sin la información adecuada”. Señaló que las elecciones en Estados Unidos generaron un clima de incertidumbre acerca del futuro en materia de cambio climático, y pese a que no se debe especular sobre las políticas que implementará el presidente electro al respecto, es posible asegurar que el cambio climático no es asunto de partidos políticos, ya que cada país tiene  una responsabilidad de actuar, y sólo aquéllos que respondan a la amenaza pueden legítimamente convertirse en líderes a nivel mundial. “Si no logramos nuestros objetivos, este será el acontecimiento de mayor importancia de la historia moderna en el que una generación en tiempos de crisis elude su responsabilidad para con el futuro”, concluyó Kerry.

Al respecto, líderes empresariales presentaron una carta que invita a los legisladores y gobernantes estadounidenses a continuar con su papel activo en el cumplimiento del Acuerdo de París y a apoyar las inversiones bajas en emisiones a nivel nacional e internacional. También, tras las declaraciones del Secretario de Estado, diversos líderes mundiales, como China, Francia y Australia, y gobiernos subnacionales, como California, sostuvieron su compromiso en la lucha contra el cambio climático, incluyendo aquéllos en materia de financiamiento, independientemente de lo que ocurra en Washington.

Finalmente, es posible afirmar que, pese al escepticismo generado durante la primera semana en Marrakech, el resultado de las elecciones no mermó el progreso de las negociaciones. De acuerdo con Salaheddine Mezouar, ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación de Marruecos y Presidente de la COP 22, “la elección de Trump no era una amenaza para el éxito de la COP 22”. Señaló que “debemos tener confianza en los americanos, quienes están fuertemente comprometidos y determinados a luchar contra el calentamiento global”. Como indicó Patricia Espinosa, después de diversas declaraciones del Secretario Kerry, “el histórico Acuerdo de París establece el curso y el destino para la acción por el clima […] en Marrakech, los gobiernos han subrayado que ahora este cambio es urgente, irreversible e imparable”.

Conclusiones

Los ánimos en Marrakech se mantuvieron positivos. La COP 22 fue el parteaguas para la fase de implementación y la acción, al representar un punto de inflexión en el que las discusiones sobre puntos específicos debían concretarse, al tiempo que ya se trabajaba en diversos proyectos y acciones en el campo que permitirán dar cumplimiento al Acuerdo de París.

Durante esta COP, se dio un impulso imprescindible a la lucha contra el cambio climático y el logro de los objetivos de desarrollo sostenible no sólo por parte de los gobiernos, sino por otros actores que fortalecen los esfuerzos colectivos necesarios para cumplir con las metas del Acuerdo.

De esta forma, se reafirmó el mensaje de que la acción climática generada por el instrumento es irreversible y urgente.  Este mensaje político, principalmente dirigido a Estados Unidos, demuestra un consenso global de que existe un compromiso en hacer cumplir el Acuerdo de París, no sólo por que resulte beneficioso económicamente, sino con el objeto de proteger al planeta  y garantizar un desarrollo sostenible para las presentes y futuras generaciones.

La COP 23, a celebrarse en noviembre del próximo año,  se llevará a cabo celebrará bajo la presidencia de Fiji en Bonn, Alemania, y la siguiente conferencia, COP24, se celebrará en Polonia.