A las afueras del hotel Moon Palace, resguardado por muchos elementos de seguridad local y federal, han llegado manifestantes de la sociedad civil quienes han colocado mantas en protesta por diversas obras que se han autorizado en Cancún y que han incurrido en irregularidades e impactado negativamente el medio ambiente. Es el caso de las obras que pretendían llevarse a cabo frente a la sede de la COP13, las cuales buscaban colocar arrecifes artificiales sobre pastos marinos. Esta obra se encuentra actualmente suspendida.

Por la tarde se llevó a cabo un evento paralelo sobre la Economía Azul y la protección del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), en el cual participaron José Luis Funes, director general de Vida Salvaje de la Semarnat, Healthy Reefs Initiative y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN).

img-20161207-wa0012El SAM constituye la región de arrecife de coral más larga del océano Atlántico y es parte de un sistema interconectado de hábitats costeros, que se extienden a lo ancho del Caribe. Su costa se extiende mil kilómetros desde la punta de la Península de Yucatán en México, a las Islas Bay en Honduras, pasando a través de Belice y Guatemala. Es el hogar de más de 500 especies marinas conocidas, entre las que destacan manatíes, tortugas marina y posiblemente la más grande congregación de tiburón ballena, así como grandes extensiones de manglar, pastos marinos y arrecifes de coral. La directora de Healthy Reefs Initiative, Melanie McField, explicó que actualmente el sistema arrecifal se encuentra, en términos generales, en una condición “razonable” (fair) en cuanto a su salud, y que ha mejorado en los últimos años, aunque existen regiones más afectadas, dependiendo el país.

Asimismo, el Fondo Mexicano presentó su programa de Liderazgo, con casos de éxito de hombres y mujeres que han sido apoyados en sus proyectos profesionales y que actualmente se han convertido en actores de cambio fundamentales para la conservación del medio ambiente, particularmente del SAM. De igual forma, se describió la existencia de un Fondo del Arrecife Mesoamericano integrado con recursos de México, Belice, Guatemala y Honduras, el cual busca ser un mecanismo financiero efectivo para la región. Dicho Fondo apoya la creación de una red de áreas protegidas terrestres y marinas, iniciando con 14 áreas protegidas entre los 4 países. La visión transversal es la denominada Economía azul, esto es, detonar crecimiento y desarrollo sustentable a través de las actividades que se desarrollan en las zonas costeras. Se enfoca en la recuperación de pesquerías, desarrollo de proyectos productivos sustentables en áreas protegidas, pesquerías comunitarias, adaptación al cambio climático, así como la iniciativa de rescate de arrecifes. Actualmente, el Fondo ha recaudado aproximadamente 19 millones de dólares y desembolsado alrededor de 14.

Lorenzo Rosensweig, director ejecutivo del FMCN, explicó que a 20 años de la Declaración de Tulum, México continúa con el reto de tener un área marina costera espectacular y revertir los proceso de deterioro que han ocurrido en el Caribe Mexicano. Falta desarrollar mecanismos para atacar las causas reales e involucrar con más compromiso a la sociedad civil. Ir por etapas, resolviendo el tema del agua y los conflictos derivados de la actividad pesquera. Esto permitirá desencadenar mecanismos virtuosos para lograr un arrecife bien conservado, una economía próspera y comunidades con calidad de vida.

Miércoles 7 de diciembre

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Integración de la Biodiversidad en Latinoamérica y el Caribe desde la perspectiva de los Bancos de Desarrollo

En un evento paralelo llevado a cabo este miércoles en el hotel Moon Palace, sede de la COP13, se presentó la perspectiva de los sectores gubernamental y privado sobre la necesidad de integrar la biodiversidad en los proyectos de desarrollo. El evento fue presidido por Juan Pablo Bonilla, Gerente del Sector de Desarrollo sustentable y Cambio Climático del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En el evento denominado Biodiversity Mainstreaming in LAC: A Perspective from Development Banks, Bonilla destacó la importancia de calcular económicamente el valor de los servicios ambientales para poder apoyar a los países en desarrollo, traduciendo esto en proyectos e infraestructura sustentable, de forma que se pueda ayudar a los  países a tener resiliencia a los efectos del cambio climático.

Se presentó el caso del apoyo que el BID ha dado a un proyecto de desarrollo turístico en Bahamas, el cual ha permitido a la población desarrollar capacidades y proyectos de turismo sustentable, que han reducido su condición de pobreza y vulnerabilidad a los efectos del cambio climático. También se presentó el caso de la República Dominicana, donde Grupo Puntacana ha llevado a cabo un proyecto de rescate de arrecife de coral dentro de un Resort en esta región. Jake Kheel se refirió al sector privado como “el gigante dormido” de la sustentabilidad, señalando que es necesario romper el círculo vicioso en el que los empresarios son vistos como los destructores del medio ambiente y sancionados por ello. Señaló que si se logra integrar al sector privado en proyectos de desarrollo en los cuales se integre la visión de conservación de la biodiversidad, se pueden lograr sinergias importantes con impactos sustanciales.  En el caso de Punta Cana, se rescataron especies en peligro de corales y crearon unas “guarderías”, donde se hicieron crecer y se logró recuperar el ecosistema. El proyecto incluye la certificación de buzos y la capacitación de turistas no buzos para participar en la restauración del coral. Indicó que es una acción gana-gana, la cual detona un círculo virtuoso: el ecosistema se conserva, los turistas llegan atraídos por las buenas condiciones del lugar y la buena imagen de que la empresa está haciendo acciones en beneficio del medio ambiente, lo cual genera empleos en la región.

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A pesar de que Costa Rica tiene notables ejemplos de conservación, el que se eligió para exponer en el side event dejó que desear, pues se buscó presentar como caso de éxito la construcción de una hidroeléctrica ubicada entre dos masas boscosas: la cordillera volcánica central y la cordillera de Talaman. Si bien se destacaron los esfuerzos para no afectar el hábitat del jaguar que se encuentra en esta zona, realizados a partir de diagnósticos financiados por el BID, se dejaron de lado las afectaciones ambientales y sociales que traen consigo las hidroeléctricas, como son el desvío de los cauces naturales de los ríos y el desplazamiento de poblaciones.

Finalmente, Citlali Cortés, del Banco de Desarrollo Alemán (KFW) presentó un proyecto de manejo forestal comunitario (PROIFOR), FIRA (subsidiaria del Banco de México) y Conafor. Explicó que en México, entre el 60 y 80% de los bosques tienen propietario, por lo que se trabaja con propietarios colectivos de la tierra. Señaló que PROIFOR es un proyecto de conservación a través de manejo forestal comunitario. Se buscan crear condiciones para que ejidos y comunidades forestales puedan tener acceso al crédito. Se hace a través de certificados. Usando la certificación como parte esencial del proyecto se incorpora la biodiversidad y a las comunidades que viven en ellos (FSC).

En otro evento paralelo llevado a cabo simultánemente, la Comisión Nacional para la Conservación de la Biodiversidad (Conabio) preentó el nuevo sistema de Monitoreo de la Biodiversidad, basado en foto-trampas, micrófonos y otras tecnologías para monitorear las Áreas Naturales Protegidas. Con la presencia del Dr. Sarhukán, se destacó que el sistema de monitoreo de la biodiversidad permitirá arrojar datos relevantes para diseñar políticas públicas.

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