9 de Enero 2014

Enviado por Amanda Maxwell

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Guest blog por Leticia Pineda, de Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA):

Los niños en todo México están regresando a la escuela después de disfrutar del periodo vacacional de invierno. Mientras se dirigen de nuevo a sus salones de clase, los niños en la Ciudad de México, desafortunadamente,  estarán expuestos a un peligro que pasa desapercibido: la contaminación del aire asociada a los vehículos y combustibles sucios.

Estudios internacionales han demostrado que los impactos de la contaminación del aire se incrementan al encontrarse cerca de vialidades altamente congestionadas, son los niños los más susceptibles a los riesgos de enfermedades respiratorias en comparación con los adultos. La contaminación de los vehículos a diesel, en particular, es una de las formas de contaminación más peligrosa. Esto significa que miles de niños, en este regreso a clases, estarán expuestos cada día a las emisiones de los vehículos provenientes de las principales vialidades del Distrito Federal.

La buena noticia es que esta amenaza se puede prevenir completamente. Mediante el uso de combustibles limpios podemos reducir dramáticamente las emisiones contaminantes que invaden nuestras calles. El gobierno ha dicho que presentaría una propuesta de norma para contar con mejores combustibles al término del 2013, sin embargo aún continuamos esperando. Es tiempo de que todos exijamos al gobierno que cumpla su palabra y lleve a cabo las acciones necesarias para que los niños en el D.F. y en todo México puedan ir a la escuela sin respirar emisiones tóxicas.

¿Son tan malas las emisiones de vehículos a diesel? La respuesta es Sí.  Hace algunos meses, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) clasificó oficialmente a la contaminación atmosférica, así como al material particulado, como “cancerígeno para los humanos”, lo que significa que hay fuerte evidencia  de que es causa de cáncer. Lo anterior se presenta después del anuncio de la IARC en 2012 sobre las emisiones derivadas del diesel dentro de la misma categoría de riesgo. El Instituto de Efectos de la Salud (HEI, por sus siglas en ingles) con base en Estados Unidos, un instituto de investigación conjuntamente creado por el gobierno, la industria y fundaciones, aseveró en 2010 que la contaminación del aire, específicamente el material particulado fino que proviene de las emisiones de vehículos y motores  a diesel, se encuentra entre los principales riesgos en salud a nivel global.  HEI ha encontrado también que la contaminación proveniente de avenidas donde se transitan  estos vehículos, está asociada a problemas de asma y sus impactos son más severos en niños que en adultos. Otro estudio encontró que altos niveles de contaminación del aire en California puede tener “efectos crónicos y adversos en el desarrollo pulmonar de niños entre 10 y 18 años”, estos mismos científicos encontraron que una exposición a largo plazo de los contaminantes atmosféricos impacta a los niños en edad escolar en la Ciudad de México. En conclusión, las emisiones de material particulado provenientes de motores a diesel son peligrosas, siendo los niños son mucho más vulnerables a sus efectos.

En otro interesante estudio, HEI encontró que la población puede estar afectada por la contaminación generada en las principales avenidas y vías dentro de un perímetro entre 300 y 500 metros debido al congestionamiento vehicular. ¿Esto qué significa para la Ciudad de México? Una rápida investigación en las bases de datos del gobierno muestra que hay 8482 escuelas primarias y secundarias tanto públicas como privadas en el D.F, incluso en el periodo escolar 2011-2012, había 1, 715,317 estudiantes  en educación básica en esta demarcación.  ¿Cuántas de estas escuelas se encuentran cerca de las vialidades más utilizadas? ¿Cuántos de estos estudiantes se encuentran expuestos a emisiones peligrosas provenientes de la combustión de motores a diesel? No se requiere ser un científico para adivinarlo- cualquier persona que haya caminado o conducido por las calles de nuestra ciudad durante la entrada o salida de los niños de las escuelas sabe que la respuesta es alarmante.

Afortunadamente, este problema es fácil de resolver. Una simple regulación (que ya ha sido implementada en otros países como Chile, Estados Unidos, Colombia y Europa) puede ayudar a reducir significativamente los impactos de los combustibles principalmente el diesel, esta normatividad requiere que el diesel vehicular contenga muy bajos niveles de azufre, por eso se denomina “diesel de ultra bajo contenido de azufre” (UBA) y puedan generar una combustión mucho más limpia. Estos combustibles más limpios reducen las emisiones de la flota existente de inmediato, y permite la introducción de filtros avanzados para retener el material particulado. Los vehículos que son equipados con estos filtros son 90% más limpios que los que no cuentan con estas tecnologías. Estos filtros son equipos utilizados en Estados Unidos, Canadá y Europa donde existe la disponibilidad de diesel UBA es obligatoria.

De hecho, México debería contar con este combustible. En 2006, SEMARNAT aprobó una norma que requería la distribución de diesel UBA a lo largo de todo el territorio para 2009, pero PEMEX no ha cumplido con dicha regulación y seis años después el gobierno no ha podido atender este tema pendiente. Esta administración había dicho que se publicaría una nueva norma sobre calidad de combustibles a finales de 2013, pero estamos en enero y no contamos con esta propuesta. Como resultado de este retraso, los niños en edad escolar seguirán sufriendo las consecuencias.

Es tiempo de que esta situación cambie. El gobierno debe actuar en consecuencia y aprobar esta regulación para contar con diesel UBA en todo el país – así como actualizar las normas de emisiones para que los camiones y vehículos pesados en México puedan incorporar filtros de partículas- para que nuestros niños puedan un día asistir a la escuela sin el riesgo que representan las emisiones contaminantes de estos vehículos.

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Sobre Leticia Pineda:

Originaria de la Ciudad de México, Leticia Pineda es Ingeniera Industrial del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), con estudios en economía del medio ambiente y el derecho ambiental. Leticia actualmente trabaja en el CEMDA, como, investigadora y analista de políticas públicas para la mejora de la regulación mexicana sobre combustibles limpios y tecnologías, normas de rendimiento de combustible de los vehículos y sistemas de transporte sustentables, así como financiamiento del cambio climático