En el marco de la vigesimoprimera Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones sobre el Cambio Climático (CMUCC), el 7 de diciembre de 2015 se celebró el evento organizado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Banco Mundial, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), entre otras instituciones financieras.

“El clima no es un asunto separado de los negocios. De hecho, es una constante en las actividades de las actividades relativas al financiamiento”, señaló la representante del Banco Mundial. De ahí la importancia de internalizar el tema en las instituciones financieras y cambiar la forma en la que se analizan los riesgos y, por otro lado, se consideran las oportunidades, por ejemplo, estimando la mitigación resultante de sus inversiones mediante la incorporación del cambio climático en sus operaciones diarias. Es decir, se requiere de un proceso de educación en la materia al interior de las instituciones financieras. Apuntó también que “existe una gran oportunidad para las instituciones financieras bajo el costo de no hacer nada; el Banco Mundial comparte esta visión. Será la COP21 la que establezca la ruta de hacia dónde ir”.

Por ello, el Club de Financiamiento Internacional para el Desarrollo (IDFC, por sus siglas en inglés), formada por 20 bancos nacionales y sub-regionales de más de 40 países, y los bancos multilaterales de desarrollo, comenzaron a plantearse la pregunta sobre cómo financiar tanto el desarrollo como la lucha contra el cambio climático. Así, han comenzado a trabajar en la armonización de enfoques, por ejemplo, homologando sus definiciones del financiamiento climático, concepto base de las discusiones políticas al respecto.

Así, 26 instituciones, que representan más de 11 billones de dólares, se comprometieron voluntariamente a cumplir cinco principios:

  1. Comprometerse a estrategias climáticas
  2. Gestionar los riesgos climáticos
  3. Promover objetivos climáticos inteligentes
  4. Mejorar su desempeño climático
  5. Rendir cuentas sobre la acción climática

Así, de acuerdo con la AFD, la creación de guías y lineamientos apoya a las instituciones financieras a dar un paso adelante y actuar a favor de la protección del sistema climático. Por ello, estos principios deben ser usados como una plataforma para compartir conocimientos y experiencias que permitan su aplicación práctica en las operaciones diarias y la creación de una comunidad basada en los mismos.

De esta forma, las instituciones pueden actuar de diversas maneras, ya sea a través de diversas salvaguardas y/o especificaciones en sus contratos, detener las inversiones en sectores y medidas poco sustentables, como los hidrocarburos, la incorporación del componente de mitigación en sus proyectos, entre otros. Finalmente, ello manda un mensaje de liderazgo e invita al resto de las instituciones a unirse e incorporar dichos principios en sus actividades y políticas internas, con el fin de asumir la responsabilidad de todas las partes en la lucha contra el cambio climático.

De acuerdo con el representante de CAF, los cinco principios fueron construidos desde la experiencia de las instituciones, es decir, de abajo hacia arriba (bottom-up). El primer de ellos busca impulsar el liderazgo y, con ello, la importancia del cambio climático en las operaciones y la gestión interna. El segundo señala la necesidad de evaluar el elemento de riesgo creado por el cambio climático en los proyectos del portafolio de cada banco, desarrollando una planeación a largo plazo que permita reducirlo o eliminarlo.

El tercero busca aprovechar la oportunidad que el cambo climático ofrece para las buenas inversiones, incorporando criterios inteligentes de cambio climático en todos los proyectos. El siguiente principio señala la urgencia de mapear el financiamiento climático en las operaciones del banco, con el fin de incorporar sistemas de desempeño y evaluar si se obtienen los resultados esperados y, en su caso, elegir de mejor manera el destino de los recursos.

También, es necesario tomar en cuenta la diferenciación de las necesidades de cada pa+is y cada sector, teniendo un enfoque dirigido tanto a mitigación como a adaptación. Finalmente, es indispensable contar con normas de transparencia y rendición de cuentas que permitan una máxima publicidad de las operaciones de la institución financiera para los clientes y los principales actores involucrados. Así, se requiere crear un marco de acción para su implementación y poner en práctica el discurso y promoción de dichos principios.

Por su parte, el Banco de Inversión Europeo señaló la importancia del componente de transparencia, así como en el gran aporte que puede lograrse al desviar recursos de las causas del cambio climático, por ejemplo, mediante un alto a la inversión en la producción de energía por medio de carbón y petróleo. Apuntó, además, que estos principios pueden servir de base para compartir conocimientos e intercambiar experiencias que permitan mejorar la estructura administrativa, acompañado de un proceso interno de evaluación de los proyectos ya existentes.

Por otro lado, Astrid Puentes, de AIDA, mencionó que las organizaciones de la sociedad civil felicitan el esfuerzo de las instituciones financieras y lo consideran un avance en materia de transparencia, acceso a la información y rendición de cuentas, así como en el involucramiento de todos los actores en la lucha contra el cambio climático. Invitó también a crear mecanismos de participación de la sociedad civil y otros actores importantes, no sólo en la mejora y evaluación de los principios, sino durante su implementación.

Aunque es muy temprano para evaluar el funcionamiento de los principios, la pregunta en este momento consiste en cómo serán implementados. Por ello, existen diversos detalles que aún necesitan ser resueltos e incluidos en los principios, tales como criterios de efectividad , la inclusión de otros actores fuera del sector financiero, el análisis de los posibles resultados, la definición de metas comunes y la inclusión de la perspectiva transversal de derechos humanos, especialmente e la evaluación del riesgo.

Finalmente, el gobierno de Namibia señaló que estos principios pueden ser de vital importancia a nivel nacional, por ejemplo, mediante la planeación del presupuesto, posicionando al cambio climático como una prioridad en la agenda pública y política. Los países en desarrollo requieren de más recursos para atender el problema del cambio climático, con el fin de no desviar recursos destinados a su desarrollo, por lo que aún es necesario fortalecer la predictibilidad y adicionalidad del financiamiento, en donde la movilización de recursos por parte del sector financiero es indispensable para cumplir con el nuevo acuerdo climático de París.

ERl documento de los principios fue presentado en el evento y puede consultarse en la siguiente dirección: http://www.eib.org/projects/priorities/climate-action/road-to-paris/fi-climate-mainstreaming.htm