Pasada la fecha de cierre de la COP17, el Centro de Conferencias que hospeda esta sesión se viste de incertidumbre pues no sólo no se han logrado acuerdos sustantivos, sino que el texto “consolidado” que se ha presentado no satisface a todas las partes, y eso provoca que las negociaciones se alarguen cada vez más.

Lo sucedido hasta ahora es sin duda un fracaso para el régimen internacional, pues aunque no se tenían grandes augurios Durban pudo avanzar en temas  estructurales que ayudarían a la consolidación de un acuerdo global para combatir el problema de cambio climático, como es la conformación del fondo verde. Sin embargo desde la sesión de alto nivel que sólo vio pasar a diversos Ministros y representantes más de 100 países, que manifestaron su voluntad para llegar a acuerdos significativos, pero cuyo reflejó no ha podido verse consolidado en mandatos claros.  Ahora mismo los negociadores sigue en un pequeño grupo de trabajo discutiendo “la gran película” pero sin avanzar en el fondo de los dos principales textos de negociación: Protocolo de Kioto y el proceso de visión de largo plazo.

Los augurios no son positivos, y aunque no es la primera vez que una COP se suspende, el escenario para Durban nunca pinto tan mal como ahora. Los escenarios posibles son muchos, pero hay dos que preocupan y que sin embargo son los más probables: a) que por la premura se aprueben mandatos laxos, sin ambición y sin en lenguaje claro, y que sea aprobado a falta de negociadores (debido a que muchos ya se fueron); b) que se suspenda la sesión y se discuta ya sea en la siguiente intersesional en Bonn, o en otro lugar, o en su defecto llevarla a la reunión de Río +20, en donde se sumaría un caos a otro caos, cuyos resultados no serán para nada favorables…