• En evento paralelo realizado en el marco de la Convención para la Diversidad Biológica (COP13), destacan la urgencia de proteger manglares, marismas y pastos marinos.
• Piden una Norma Oficial Mexicana para desarrollar proyectos de protección al carbono azul a través de mecanismos financieros.

En el marco de la Conferencia de las Partes (COP13) del Convenio de Diversidad Biológica que se celebra en Cancún, Quintana Roo, se llevó a cabo el evento Integrando el carbono azul en la conservación y el desarrollo sustentable, organizado por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C (CEMDA) y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, A.C. (FMCN), en el cual se destacó la importancia de la conservación de los ecosistemas marino costeros, como estrategia ante el cambio climático y la protección de la biodiversidad.

  El evento fue inaugurado por el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) Rafael Pacchiano Alamán, el Secretario de Medio Ambiente de Quintana Roo, Alfredo Arellano, Gustavo Alanís Ortega, Director General del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) y Lorenzo Rosenzweig, Director General del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN).

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“A pesar de los múltiples beneficios ambientales que ofrecen, estos ecosistemas continúan experimentando tasas de degradación preocupantes. Es por ello que su conservación debe incluirse como prioridad en las estrategias nacionales y estatales de cambio climático y biodiversidad, en las políticas públicas, y ser considerados prioritarios en la asignación de recursos del presupuesto federal”, señaló Lorenzo Rosenzweig, Director Ejecutivo del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, A.C.

Por su parte, Gustavo Alanís Ortega, Director General y fundador del CEMDA, dijo que “México tiene comprometida una meta ambiciosa a nivel internacional de reducir el 30% de sus emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) al 2020 y el 50% al 2050. El reto es grande y se requiere llevar a cabo esfuerzos mayúsculos para cumplirlo. Apostar a la protección de los humedales para capturar CO2 a través del carbono azul resulta una medida costo-efectiva positiva y favorable de mitigación que contribuye en gran medida a alcanzar este objetivo.”

El carbono azul es el Dióxido de Carbono (CO2) capturado por los ecosistemas marino costeros -manglares, marismas y pastos marinos, principalmente-, los cuales lo secuestran y almacenan tanto en las plantas como en sus sedimentos. A través de las ponencias magistrales y un video informativo, se destacó que, pese a cubrir menos del 0.5% de la superficie marina mundial, estos ecosistemas captan carbono a una tasa anual de dos a cuatro veces mayor que la de los bosques tropicales maduros y almacenan entre tres y cinco veces más carbono por área. En un año, estos ecosistemas secuestran una cantidad de carbono equivalente a casi la mitad de las emisiones generadas por el transporte a escala mundial.

La ponencia magistral presentada por el Dr. Jorge Herrera, experto en carbono azul del CINVESTAV, resaltó que a pesar de los múltiples beneficios de estos ecosistemas, sus tasas de degradación y pérdida siguen en aumento. Esto ocasiona impactos graves como la pérdida de biodiversidad ya que estos ecosistemas son importantes agregadores y áreas de crianza para numerosas especies y filtradores de agua; la mitigación al cambio climático, pues al reducir su capacidad para captar carbono atmosférico, se limita su capacidad de mitigación. Además, al degradarse, estos ecosistemas dejan de ser sumideros para convertirse en emisores del carbono almacenado.

Por todo ello, la importancia de integrar a los ecosistemas de carbono azul en acciones de protección de la biodiversidad como medio para alcanzar el bienestar de las comunidades es un concepto que empieza a moverse con inercia propia y no integrarlo de forma individual, sino simultánea y coordinada en soluciones holísticas que engloben biodiversidad, adaptación y mitigación. Las soluciones presentadas en el primer panel de la mañana de hoy, fueron entre otras, el apoyo a las áreas naturales protegidas como impulsoras de medidas de manejo efectivo en entornos marinos y marino-terrestres.
Al mismo tiempo que la ciencia avanza, es imperativo difundir y apropiarnos del concepto de carbono azul para que pueda ser aplicado en la gestión nacional, regional e internacional. En el segundo panel de la mañana de hoy, se describieron cuatro iniciativas exitosas de protección de ambientes de carbono azul, poniendo de manifiesto las oportunidades y los retos que enfrentaron.

En adición a lo anterior, el marco normativo ambiental actual de nuestro país brinda las fortalezas necesarias para incluir proyectos de carbono azul en México, basados principalmente en la Ley General de Cambio Climático (LGCC), la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y la Ley General de Vida Silvestre, situación que no se puede desaprovechar en función las ventajas que implica el contar ya que algunas bases legales para llevar a cabo proyectos de esta naturaleza.

Este robusto marco, aunado a una arquitectura financiera cuidadosamente anidada en los distintos órdenes de gobierno, brinda las oportunidades necesarias para integrar el carbono azul en las estrategias y compromisos de biodiversidad y cambio climático mexicanas, así como lo han hecho las exitosas iniciativas presentadas hoy.

Los participantes en el evento concluyeron que el fortalecimiento de políticas de cambio climático y conservación de los sumideros de carbono azul representa una oportunidad para los propietarios de la tierra, iniciativa privada y gobiernos, de unir esfuerzos en la conservación de los ecosistemas costeros para lograr el desarrollo sustentable de nuestras costas.