En México se recolectan diariamente más de 86 mil 343 toneladas de basura. Se calcula que cada persona genera 700 gramos de basura por día.

En el Distrito Federal la generación de residuos es aún mayor. En promedio, cada habitante del DF produce al día casi 1.4 kg de basura que representan 12,500 toneladas. Esta cantidad equivale a llenar un Estadio Azteca de basura cada 3 meses.

Los residuos sólidos –que comúnmente denominamos basura- se dividen en términos generales en orgánicos e inorgánicos.

  • Residuos orgánicos: Son desechos de origen biológico como restos de comida, fruta, verdura, cáscaras, servilletas usadas, corcho natural, café, pasto, hojarasca, ramas, excremento de mascotas etc.
  • Residuos inorgánicos: Son aquellos que son producto de procesos industriales o artificiales como los plásticos, latas, vidrios, papel, envases, etc.

 

Consejos para un manejo adecuado de los residuos:

Pon en práctica “las tres r”: Reduce, Recicla, Reusa.

Reduce:

  • Compra presentaciones familiares de productos como yogurt, galletas o cereal en vez de individuales y envía el lunch en empaques reutilizables, con ello generarás menos cantidad de basura.
  • Toma agua en vasos de cristal, reduce el consumo de botellas de plástico o PET.
  • Evita productos que tardan miles de años en degradarse como el Unicel, si no puedes evitar utilizar desechables busca los que están hechos con maíz o que tienen materiales biodegradables.
  • Existen muchos residuos que por sus características son difíciles de reciclar, por lo que terminan casi íntegros dentro de los rellenos sanitarios. Aquí lo recomendable es controlar el consumo de esos productos para reducir su generación. Incluye cosas como: Cerámica, hule, estambre, tela, zapatos, brochas, cosméticos,  juguetes con materiales mezclados, envolturas de frituras y golosinas, espejos, focos, unicel, plumas, plumones, lápices, gomas, discos, casettes, celofán, cepillos de dientes, rastrillos y papel aluminio, entre otros.
  • A la hora de escoger entre productos semejantes, elige aquel que tenga menos envase y embalaje. Evita el consumo de los productos excesivamente empaquetados, no sólo porque generan más basura sino porque seguramente el sobreprecio de esos empaques lo estarás pagando tú.
  • Lleva al súper bolsas de tela o las tradicionales de malla en lugar de empacar todo en bolsas de plástico.
  • Si compras algo pequeño y fácil de cargar no pidas una bolsa de plástico.
  • Siempre que puedas compra los alimentos producidos lo más cerca posible a tu localidad. Ahorrarás embalajes y transporte.
  • Cuando te sea posible, compra a granel. Así evitas embalajes innecesarios y decides la cantidad del producto que mejor se adecúa a tus necesidades.
  • Reduce tu consumo de papel aluminio y plástico  para envolver, guarda las cosas en contenedores de vidrio preferentemente.
  • Utiliza vinagre con limón y un poco de aromatizante natural en lugar de productos químicos para limpiar tus pisos y quitar grasa.
  • Utiliza una naranja o un limón e insértale unos clavos de olor o unos tiestos de albahaca para alejar a los insectos, en lugar de utilizar insecticidas.

 

Reusa:

  • Utiliza nuevamente los frascos y envases. Elige empaques de cartón o vidrio en lugar de plástico.
  • Rellena las botellas de agua y refrescos.
  • Utiliza las latas como macetas o bien para poner lápices o botones.
  • Reutiliza tu ropa inservible para otros usos, como trapos de cocina u otras mil cosas que se pueden hacer con los retales.
  • La ropa que ya no quieres puede venirle bien a otra gente. Regálala o entrégala a entidades benéficas.
  • Organiza reuniones de segunda mano para que tus amigos, vecinos y conocidos lleven productos en buen estado que alguien más puede necesitar. También puedes consultar los sitios en Internet que ya ofrecen estos productos.

 

Recicla:

  • Coloca separadores de basura adicionales para que clasifiques el vidrio, el papel y el plástico. Si separamos estos productos será más fácil que puedan ser utilizados nuevamente.
  • Puedes utilizar cajas de cartón, huacales o bolsas de basura y ponerles etiquetas o marcar para identificar cada tipo de residuo.  Notarás que separando de este modo se generará menos basura y no habrá olores fétidos.
  • Debes asegurarte que no queden restos de comida en los envases de vidrio, latas o  plásticos antes de tirarlos.
  • Aplasta los envases de leche, los empaques de cartón y las latas para que ocupen menos espacio.
  • El papel puede reciclarse fácilmente. Al reciclar el papel se ahorraría un 60% de energía y un 50% de contaminación. Por cada tonelada de papel y cartón que se recicle se dejan de cortar 17 árboles. Esto incluye:
    • Hojas de papel
    • Cartón
    • Cajas
    • Revistas
    • Periódicos
  • Despega, desbarata y aplasta las cajas para que ocupen menos espacio. Quita cualquier material que no sea papel. Envía a reciclar las hojas después de usarlas por ambos lados. Deposítalas sin arrugar o en pedacitos.
  • Los residuos sanitarios son los que se generan en los baños y es recomendable mantenerlos por separado, no revolverlos ni quemarlos. Incluye:
    • Pañales desechables
    • Papel sanitario
    • Gasas
    • Algodones
    • Toallas sanitarias
    • Residuos de curaciones domésticas
    • Pañuelos usados
    • Vendas
  • Existen otros residuos que contienen materiales tóxicos o que al entrar en contacto con otros generan líquidos contaminantes. Es el caso de las pilas, aparatos electrónicos como celulares, focos ahorradores, cartuchos de toner para impresión, así como aceites lubricantes usados. Actualmente existen muchos centros de empresas privadas como de los gobiernos locales que reciben este tipo de productos en contenedores especiales. Infórmate y llévalos a esos centros especiales para evitar que terminen contaminando los suelos y eventualmente lleguen a nosotros a través de los alimentos que consumimos, el agua que tomamos o el aire que respiramos.
  • Opta por pilas recargables o elige aparatos electrónicos con celdas solares.