- La falta de voluntad de muchos de los países están provocando un retraso en el establecimiento de un régimen ambicioso para atender el cambio climático.
- México debe fortalecer sus estructuras internas para afrontar la catástrofe que las fallas internacionales provocarán.
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México, D.F., 09 de octubre 2011.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) considera que los resultados obtenidos en las negociaciones internacionales sobre cambio climático que recientemente concluyeron en Panamá, dejan resultados poco alentadores y plantean dos grandes objetivos que, de no alcanzarse en Durban, pondrían en peligro el multilateralismo climático y la oportunidad de tratar de manera conjunta los impactos negativos de este fenómeno.
Panamá fue la sede de la última reunión celebrada por las Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y última parada de cara a la COP17 que se celebrará en Durban, Sudáfrica.
Uno de los objetivos planteados ahí es el establecimiento del segundo periodo de compromisos del único instrumento jurídicamente vinculante como es el Protocolo de Kioto, lo que daría certeza jurídica al régimen climático. «Si bien las metas del Protocolo de Kioto no son suficientes para enfrentar el problema climático, su continuación con la inclusión de metas ambiciosas para los países partes, y la creación de decisiones jurídicamente vinculante para los países no partes como Estados Unidos, son fundamentales para afrontar el problema», señaló Sandra Guzmán Coordinadora del Área de Política Pública, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
No obstante o anterior, la sesión de Panamá no arrojó un escenario claro para definir los alcances que son posibles en la COP17, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre que es por mucho, más inseguro que lo que se tenía a estas alturas rumbo a la COP16. Posiciones de países como Japón, Rusia y Canadá, que se niegan a promover un segundo periodo de compromisos del Protocolo, contra posiciones como la de China y su grupo de negociación que no ven el futuro del régimen sin él.
Por su parte, el financiamiento, uno de los principales pilares de la negociación, del que dependen las metas de mitigación, las acciones de adaptación, los mecanismos de transferencia de tecnología y de creación de capacidades, se vuelve un tema con menos avances que los esperados.
En Panamá se habló de los avances habidos para la puesta en marcha del Fondo Verde del Clima, siendo el Comité de Transición el que se ha encargado de su diseño. Sin embargo, sólo tendrán una reunión previa a Durban para poder conjuntar un texto que incluya las visiones y propuestas de los cuatro grupos que bajo el Comité fueron establecidos, dejando muy poco tiempo para la negociación. Y si bien la conformación del fondo es muy importante, otro tema fundamental que presentó complicaciones en la negociación de Panamá, fue el tema del financiamiento de largo plazo, es decir, cómo se asegurará el escalamiento de los fondos para alcanzar la distribución de los 100 mil millones e 2020 que fueron prometidos en Copenhague y cuáles son las fuentes de donde vendrán los recursos.
«Si bien el Fondo nos interesa como organizaciones, es fundamental discutir cómo se garantizará el flujo de recursos después del periodo de financiamiento de arranque rápido (30 mil millones de 2010-2012) y el financiamiento de largo plazo que de acuerdo a lo acordado será de 100 mil millones anuales a partir de 2020, además de garantizar que haya un mecanismo de escalamiento para las asignación de recursos en el mediano plazo, es decir de 2013 a 2020», señaló Guzmán.
Añadió que, aunado a lo anterior, es necesario que los países discutan las fuentes de donde vendrán los recursos, o de lo contrario habrá «un nuevo fondo sin forma», pues sin recursos el fondo no sería operativo como ocurre con muchos otros que actualmente existen, enfatizo Guzmán.
Fuentes públicas, privadas e incluso fuentes innovadoras como los impuestos a actividades contaminantes como el transporte marítimo son temas que deben discutirse en la COP17, y aunque Estados Unidos no quería tener un texto de negociación en el tema, el último día de trabajo la Unión Europea, Japón y Australia presentaron un texto que permitirá ahondar en el tema.
Muchos otros fueron los temas discutidos en esta sesión de trabajo, pero uno que es de vital importancia para México, es el tema de las medidas de mitigación para los países en desarrollo, en el que se comienza a empujar con fuerza que países como México, China, Brasil, y otros, reduzcan de manera ambiciosa sus emisiones. Si bien no se ha definido el carácter de la obligatoriedad, es un hecho que países desarrollados empujarán para que el futuro régimen climático incluya a estos países en los compromisos, lo que tendrá un impacto en nuestro país.
Por lo anterior, México debe fortalecer sus instituciones y capacidades, para no esperar a que las decisiones sean tomadas y que por falta de esfuerzos nacionales no logremos impulsar y cumplir de manera conjunta con el régimen climático que todos necesitamos.
Las bajas expectativas hacia la COP17 tienen un severo impacto en el mundo, pues mientras los negociadores dejan de lado el llamado de la ciencia, miles de habitantes en el mundo siguen viviendo sus impactos, y el continente africano sede de la COP17 es muestra de ello.
México está obligado a seguir impulsando por la consolidación de acuerdos, y sobre todo debe sin pretexto alguno preparar sus estructuras nacionales para afrontar de manera planificada los impactos no sólo del cambio climático sino también de la falta de liderazgo político que se vive en las negociaciones internacionales.
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