La contaminación del aire no sólo representó en la década pasada los mayores costos ambientales para el producto interno bruto (PIB), sino que también es un problema de salud pública, ya que datos de 20 ciudades dan cuenta de daños a la salud por esta causa, y se le atribuyen 38 mil muertes por enfermedades pulmonares, advirtió el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Detalló que la contaminación ambiental es un problema de salud pública federal, ya que de acuerdo con el Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades mexicanas en el periodo 2000-2009, del Instituto Nacional de Ecología (INE), la contaminación representó costos ambientales equivalentes a 4.4 por ciento del PIB.

Agregó que en México la exposición a la contaminación atmosférica fue responsable de 38 mil muertes por cáncer de pulmón, enfermedades cardiopulmonares e infecciones respiratorias durante el periodo 2001-2005; de dichos decesos, 5 mil correspondieron a niños, y seis de cada 10 de estos fallecimientos ocurrieron en las zonas metropolitanas del valle de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Toluca.

El documento del INE indica que el primer paso para reducir los miles de casos de mortalidad y morbilidad que ocasiona cada año la contaminación atmosférica en el país es conocer y dar a conocer el estado que guarda el ambiente: «respirar una calidad de aire adecuada debe convertirse en prioridad de salud pública nacional».

Esto –agrega– «demandan miles de mexicanos que padecen asma o enfermedades cardiopulmonares, los hipertensos, los diabéticos, los niños, los adultos mayores de 65 años, las embarazadas, los policías de tránsito, los atletas y todos aquellos que están expuestos continuamente a la contaminación ambiental por la naturaleza de las actividades que realizan diariamente».

El Cemda puntualizó que sólo en el Distrito Federal, durante las semanas recientes la calidad del aire se deterioró debido a las bajas temperaturas y al caos vial. A esto se suma la falta de combustibles limpios y al retraso en la actualización de las normas para el control de emisiones contaminantes, las cuales ya son obsoletas en relación con los mejores estándares internacionales.

Gustavo Alanís, director del Cemda, consideró que al incremento de concentraciones de partículas PM10 se suma el de las más finas, las PM2.5, «uno de los contaminantes más dañinos para la salud, y que tienen como una de sus principales fuentes emisoras los vehículos automotores que utilizan diesel con alto contenido de azufre».

Consideró necesario que Pemex dé a conocer de inmediato el calendario de cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 086, que desde 2009 obliga a la paraestatal a distribuir diesel de ultrabajo azufre en todo el país, lo cual daría paso a que la industria automotriz introduzca tecnologías menos contaminantes.

Esto –agregó– debe acompañarse de la actualización de las normas de control de emisiones para vehículos nuevos, tanto ligeros como pesados, así como de la publicación de una norma de eficiencia para vehículos ligeros que consuman menos combustibles.

La Jornada / Angélica Enciso